29 de junio de 2007

Mediterráneo

Primeros meses de la II Guerra Mundial. Un reducido grupo de soldados italianos desembarca en una pequeña isla del mar Egeo. Importancia estratégica: cero, enemigos a la vista: cero, población: unos cuantos niños, mujeres y viejos. Con este planteamiento se presentó en 1991 "Mediterráneo", película de Gabriele Salvatores que se llevó el Oscar a la mejor película de habla no inglesa.

Desconocida para el gran público, esta comedia italiana tiene su fuerza en la sencillez. El argumento es simple: olvidados por su propio ejército, incomunicados y sin un objetivo claro, varios soldados con personalidades muy diferentes deben adaptarse a la apacible vida de la isla hasta encontrar una manera de volver a Italia. Así pasan tres años, durante los que se adaptan al ritmo tranquilo de los lugareños y a sus costumbres hasta que por fin se les presenta la oportunidad de regresar. No obstante, para varios de ellos la vida en medio del Egeo ha marcado un antes y después.

Con esta sencilla historia Salvatores nos entretiene durante hora y media, recreándose en las pequñeces del día a día, en las desvariaciones de soldados un tanto estrambóticos, algo alocados, con defectos y virtudes muy marcadas. Destaca el personaje del sargento, interpretado magistralmente por Diego Abatantuono, que tan pronto lo resume todo en "es una zorra", como se muestra comprensivo y pacificador ante los dilemas cotidianos. Quizá por lo que nos une a los italianos tengamos más posibilidades de sentirnos identificados con este pelotón, pues al verles satisfechos con sus cuatro necesidades cubiertas (sexo, fútbol, comida y alcohol) uno piensa que en realidad no habríamos actuado muy diferente. Pero me gustaría saber qué pensaron los anglosajones, tan disciplinados y responsables, al ver el pintoresco panorama que presenta Salvatores. Sin duda está asegurada la risa, aunque nunca busca el gag fácil... son sus personajes, con sus acciones y reacciones, quien te acaban obligando a desternillarte.

Se ha dicho que este filme fue sobrevalorado en su momento. Puede ser. Quizá está desaprovechado su potencial y en realidad, pese que me ha gustado, reconozco que deja algunas historias algo colgadas y que nunca acaba de profundizar en nada de forma particular. De todos modos me parece una película muy recomendable, que además deja en los últimos minutos una reflexión interesante sobre la soledad del ser humano, el amor, y el sinsentido de la guerra. Y, por su puesto, nos deja también preciosas imágenes de paisajes para el recuerdo... ¡quién pudiera perderse un tiempo en una isla así!

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