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crítica de Jóvenes ocultos en Muchocine.net
Jóvenes ocultos (Joel Schumacher, 1987) pudo pasar al olvido como película mediocre que es, por su sencillísima estructura, sus personajes planos y su planteamiento infantilón. La propuesta del director norteamericano, no obstante, ha obtenido cierto éxito a la larga. Apostó por dar un giro al subgénero de vampiros y hoy en día es, para muchos, una película de culto y la propulsora de grandes títulos de temática vampírica. Sea como fuere, lo cierto es que en su intento de atraer a los adolescentes hacia este tipo de cine, Schumacher logró combinar varios elementos que han hecho que permaneciera en la memoria colectiva como una película diferente, especial.
La historia, desde luego, no es uno de sus puntos fuertes. Lost Boys narra las aventuras y desventuras de dos hermanos que se instalan con su madre (recientemente divorciada) en la tranquila ciudad de Santa Carla. Pronto se hacen eco de los rumores que corren sobre la existencia de vampiros y tienen la oportunidad de comprobar que no son sólo rumores. Unos jóvenes moteros se convierten del día a la mañana en su peor pesadilla. Michael, el hermano mayor (interpretado por Jason Patric), se deja seducir por la joven motera Star (Jami Gertz) y mete de este modo a su hermano menor Sam (Corey Haim) en una disparatada lucha por librarle del "lado oscuro".
Así pues, ¿cuáles fueron esos elementos por los que hoy es recordada? Hubo varios ingredientes (más o menos buscados) que se mezclaron para obtener la fórmula mágica. Uno de ellos, sin duda, fue su tono humorístico, gamberro, informal, desenfadado. Jóvenes ocultos podría compararse con el impacto de "Los Goonies" en el género de aventuras (de hecho Corey Feldman, más conocido como "Bocazas", sale en ambas películas). Se trata de filmes que han sabido mantener los elementos tradicionales y dar por otro lado un aire fresco. Así, en Jóvenes ocultos podemos reírnos con frases como "¡mi propio hermano es un vampiro de mierda, verás cuando mamá se entere!" y al cabo de un rato pasar unos tensos minutos observando a la pandilla de moteros liderados por David (Kiefer Sutherland). Los vampiros ya no tienen por qué estar en castillos y, además, pueden hacer reír sin renunciar a sus dosis de terror nocturno.
Otro de los ingredientes para el éxito (su relativo éxito) fue la estética. Los ochenteros trajes de motoristas, las propias motos, los peinados a la última moda (ahora lógicamente desfasados), la movida nocturna, el alcohol, chicas, playa... conformaron un espejo para muchos jóvenes de entonces y son hoy un cuadro ameno en el que recrearse. Añadamos a esto otro ingrediente: la impresionante banda sonora (con canciones de grupos como Aerosmith) y el menos buscado de todos los elementos: las curiosidades. Con el tiempo han pasado a la categoría de leyenda actores como Corey Haim y Corey Feldman (amigos con el mismo nombre, que fueron estrellas juveniles y luego vieron caer en picado sus carreras). Para ambos fue la última película con la que obtuvieron cierto prestigio. También fue conocido el hecho ocurrido entre Jason Patric y Keifer Sutherland. Tras fraguarse una gran amistad durante el rodaje, el primero le "quitó" la novia al segundo (era Julia Roberts) y las cosas entre ellos no fueron tan bien a partir de entonces.
Resumiendo, Jóvenes ocultos es una película de obligada visión, pero a estas alturas puede dejar indiferente. Para los nostálgicos un apunte: se está preparando "Lost Boys 2: The Tribe", que se estrenará este 2008. Y en esta secuela, más curiosidades: participa Corey Feldman ("Bocazas") y un miembro de la familia Sutherland. Por cierto, no esperéis verla en nuestros cines. Probablemente en ninguno.